He estado sintiendo la necesidad de compartir con ustedes algo profundo y extremadamente personal. Siento como si hubiera llegado a ese punto en mi aventura como blogger donde tengo que decidir si Live Colorful es sobre mí, mi vida, mis sentimientos, mis aventuras o simplemente sobre mis proyectos coloridos. He estado pensando en esto durante mucho tiempo, de hecho, empecé a pensar en ello justo después de que naciera mi bebé. Quería reflexionar sobre los temas que quería compartir en el blog, y las cosas que quería guardar para mí.Decidí por un tiempo que la mejor idea era mantener mi vida personal privada. Dejé de compartir fotos de mi bebé en mis medios sociales, dejé de tomar fotos personales o con mi esposo, e incluso, dejé de escribir posts muy personales en el blog. Necesitaba alejarme de mi vida virtual hasta sentirme en paz con mi nueva vida como mamá.No voy a mentirles, desconectar mi vida como blogger y mi vida como mamá, esposa, hija y amiga se sentía muy bien. Pero recientemente, empecé a sentir una gran responsabilidad. Quería compartir sobre la historia de mi depresión posparto después de escuchar a una amiga compartir la suya. Lo que me llamó la atención fue que, como yo, mantuvo su soledad en silencio. ¿Por qué? Me pregunté. ¿Por qué guardamos esto sólo para nosotras? Sentí el impulso de hablar, de hacerle saber a las demás mamás cómo la depresión posparto te hace sentir, cómo te duele, pero lo más importante, cómo te hace una mujer más fuerte y una madre más poderosa.También era importante porque sé que las mamás realmente no hablamos de la depresión posparto. No es el tipo de tema divertido o gracioso que compartes con tus amigas en la cafetería. De hecho, quieres ocultarlo porque se siente vergonzoso, equivocado y desmiente las fotos felices, divertidas y ridículas que publicamos en las redes sociales.Cuando estaba embarazada, compartí con mi esposo los síntomas de la depresión posparto. Nunca olvidaré su reacción. Me miró y dijo: "Pero eso nunca te sucederá. Serás feliz con nuestro bebé. ¿Qué podría hacerte sentir triste?"Él tenía razón, y estaba equivocado al mismo tiempo.Los dos primeros meses como nueva mamá fueron agotadores, pero no tan malos. Sólo el dolor, el insomnio, las frustraciones y los miedos normales. Mi mamá viajo de México y se quedó con nosotros para ayudarnos en la cocina y la limpieza de la casa. Cuando mi madre se fue, mi suegra llegó. Ambas fueron increíblemente serviciales, y de mucho apoyo. Pero se fueron y bueno, las cosas empezaron a sentirse abrumadoras.Las mañanas nunca fueron un problema. Yo estaba feliz e incluso entusiasta. Fueron las tardes cuando me sentía drenada y aterrorizada. No puedo explicarlo, pero era una especie de mezcla de fatiga, ansiedad y desesperación. Era algo raro, que no podía entender. Me sentí entumecida.Varias veces llamé a mi esposo para decirle que necesitaba salir de la casa. El llegaba lo más rápido que podía para ayudarme con mi bebé. Incluso cuando me sentía enojada o desesperada, no podía alejarme de mi bebé por más de un par de minutos. Si necesitaba llorar o gritar, lo hacía en el patio, o en la recámara. Quería estar con él todo el tiempo. Era extremadamente sobreprotectora. Estaba nerviosa por todo. No estaba durmiendo lo suficiente. No estaba tomando tiempo para mí.Había miles de cosas en mi cabeza que giraban como un tornado. ¿Por qué no puedo armar este rompecabezas? ¿Por qué me siento irritada todo el tiempo? ¿Me siento feliz ahora mismo?Nunca olvidaré el día en que acepté mi depresión posparto. Esa tarde no pude dejar de mirar el balcón, pensando que si saltaba, probablemente no moriría, y todavía tendría que cuidar de mi bebé, mi casa, mi esposo y mi trabajo, pero con una terrible herida.Estaba aterrorizada por el pensamiento.Cuando mi esposo llegó a casa esa tarde, corrí por las escaleras. No pude contener mis lágrimas. Lloré por una hora. La gente caminaba, me miraba. Me sentí horrible, culpable. ¿Por qué pensé eso? ¿Qué clase de mamá era?Suena un poco irreal ahora, porque cuando miro hacia atrás, sólo pienso en los recuerdos felices, momentos especiales y muchas risas y abrazos. Me he esforzado por borrar la tristeza, la vergüenza. Y con razón, porque tener mi bebé realmente ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida.Cuando te sientes deprimido y abrumado, no puedes ver el panorama completo. Vas demasiado profundo, o demasiado alto, o demasiado bajo o demasiado extremo. Simplemente no puedes encontrar un equilibrio.Los meses han pasado y ahora veo mi vida tan clara como puede ser. Esa felicidad incontrolable e inexplicable que mi esposo describió cuando estaba embarazada, es real.Aún no entiendo por qué tuve que pasar por depresión posparto. Una parte de mí siente que tal vez, llego para llenar un pedazo en mi vida o para darme un propósito.En mi caso, la depresión nunca fue tan grave y nunca tomé ningún medicamento. Tuve la suerte de aceptarlo a tiempo y mi cuerpo y mi alma lucharon contra ella tanto como pudieron. Lamentablemente, no todos los casos son iguales. Es un tema sensible y siempre debes buscar ayuda para manejar el problema con un especialista, tu médico, tu familia o tu pareja, para que te guíen a encontrar la ayuda que necesitas.Para aquellas mamás que están leyendo esto, y tal vez sintiendo algo similar, quiero que sepan que no están solas, que no hicieron absolutamente nada malo y que, sufrir de depresión posparto no las convierte en malas madres en absoluto. Con ayuda y tiempo, les prometo, todo mejorará.Ojalá pudiera viajar al pasado para abrazarme y decirme: "No te preocupes, tu vida nunca será la misma, en realidad será mil veces mejor porque nunca estarás sola, tendrás a tu bebé, a tu esposo, tu familia, amigos, pero lo más importante, siempre te tendrás a TI, una versión más fuerte e inspiradora de TI MISMA.